Este espacio busca ser un trampolín para el viajero, una puerta de salida y un punto de inicio de una experiencia que luego, en su desarrollo, tomará la impronta personal que cada uno le dará.
Sin dudas que no trataremos de agotar cada uno de los destinos que se irán tratando sino simplemente rescataremos algunos aspectos (quizás no los más promocionados) que está bueno tener en cuenta antes de arrancar o, al menos, ya arribados. Sírvanse los pasajeros, acercarse a la puerta de embarque…
#CentralPark Los colores de este inmenso parque te deslumbrarán en cualquier época del año que vayas, pero durante el invierno es un espectáculo en sí mismo. Con decenas de senderos, esculturas, memoriales, lagos, puentes, una fauna riquísima pese a estar rodeado de rascacielos, se destaca el recordatorio Strawberry Fields, frente al decimonónico Dakota apartment, donde hace treinta y ocho años alguien se llevaba a Lennon.
#Gyros No podés irte de NY sin probar algo de las múltiples gastronomías que allí se congregan y, especialmente de la turca, que es una maravilla. Lo mejor, como en cualquier lugar, son los puestos callejeros que abundan por todo Manhattan, y allí, entre la muchedumbre, dejarte llevar por los sabores de un gyro de carne, con salsa tzatziki, salsa picante y lechuga en pan de pita.
#Dizzy’sClub Acogedor pub de jazz en vivo, pequeño, con luces bajas, ubicado en lo alto del Lincoln Centre –diseñado por el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly-, y un escenario contra un gran ventanal, donde una fuerte nevisca puede hacer de singular decorado. Las entradas son baratas (no así las bebidas) en comparación con los artistas de la talla de Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval o Ted Nash de los que se puede disfrutar en un ambiente muy íntimo.
#MoMa Enclavado en la cincuenta y tres oeste (53W) se encuentra uno de los espacios de exhibición de arte más importantes del mundo, dado que alberga colecciones de varias decenas de monstruos de la historia de la pintura como si nada. O sea, ahí frente tuyo, los De Chirico, Rivera, Frida, Picasso, Van Gogh, Monet, Matisse, Polock, Dalí, Klimt, Klee, Kandinsky, Miró, Gauguin, etc. No hay más para decir.
#NocheGringa Porque no solo de arte vive el hombre, para sumergirse en la cultura estadounidense hay que visitar cualquiera de esos típicos bares con pantallas pasando diferentes deportes, rocola, pool concurrido, luces medio terrajas, pibitas lookeadas con chabones granudos y con medio calzoncillo afuera. De menú, además de las diferentes cervezas: quesadillas, chicken wings with ranch dressing (alas de pollo con aderezo ranchero), chips con salsa y onion rings (aros de cebolla rebozados).
#PuenteDeBrooklyn Ícono de postal, esta mole conecta Manhattan con Brooklyn, interesante distrito que cobija una importante porción de la cultura del hip hop del país del norte. Pasearse por allí, siempre y cuando se tenga tiempo de caminar, es muy recomendable para tener otra perspectiva de la Gran Manzana. Más allá de su imponencia arquitectónica, este puente es un paseo a considerar.
#CaféLalo Otra delicatessen a no perderse es este sitio, ubicado en el Upper West Side, que posee una decoración entre fina, art decó y terraja. Está ambientado con juguetes, tortas de colores radioactivos, cartelitos con frases filosóficas (o no), todo súper sobrecargado, y con telón de música chillout. Amenizar con una cheesecake y un café of the island (con brandy).
#Chinatown Digan lo que digan, este barrio hace a la esencia cosmopolita de esta imperdible ciudad global. El gentío, la suciedad, el ambiente de mercado, los olores hacen a su encanto. Recorrer sus callejas atestadas y dedicarse a sentir: dejarse llevar por los aromas de las especias y picotear un poco de la rica gastronomía oriental son placeres inolvidables.
#Marie’sCrisis Sí, ir a este bar tradicional del Greenvillage es una experiencia multisensorial. Más allá de lo que puedas consumir, es lo que podés hacer: cantar como un descosido los clásicos más estridentes de la comedia musical que Hollywood y Broadway han podido soportar. Allí los parroquianos se sueltan de sus pruritos y cantan como locos en un momento de comunión y, llamémosle, arte, realmente divertido.
#Navidad Si bien, especialmente después de Mi pobre angelito II, ya es un cliché, es una de las mejores épocas para visitar NY y disfrutar del modo en que la ciudad se transforma para el evento. Millones de luces multicolores, pinos, mucha nieve de la de verdad, papá noeles variopintos, villancicos, pistas de patinajes públicas, niños explosivos y un ambiente realmente de película (no una de Tarkovsky, está claro).
Pero NY es realmente alucinante por lo desbordante y fractal que es. Madonna dice que NY is a state of mind, not a place; it’s a fuck you attitude (NY es un estado de la mente, no un lugar; es una actitud de mandar todo al carajo) y es para creerle.
© Pablo Trochon
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